
Un
27 de abril de 2019 sucedió algo inusual en Juzbado. A media tarde
llegaba a Juzbado una mujer de 95 años que había recibido días antes el
Premio Cervantes en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
Ida Vitale, poeta uruguaya, caminó junto a vecinos y amigos de Juzbado
para regalarnos tres poemas. Tras el paseo solo pudimos hacer las
demás lecturas en la plaza del pueblo, al aire libre, no cabíamos en el
salón de actos. Al final de la tarde, su hija Amparo, le tiraba del
brazo para retirarse finalmente, tras haber firmado todos los libros que
hubo. Uno de sus poemas, Misterios, reposa bajo la espadaña de nuestra
iglesia. Termina así:
Esperábamos algo:
y bajó la alegría,
como una escala prevenida.
Antonio Gamoneda: la rebeldía creadora de un poeta imprescindible
Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) es uno de los grandes nombres de la poesía española contemporánea. Premio Cervantes 2006 y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, su obra se caracteriza por una voz inconfundible que transita entre la memoria personal, la experiencia histórica y una honda reflexión existencial.
A sus 94 años, el poeta mantiene intacta la lucidez y la fuerza de su palabra. En Juzbado, donde este fin de semana fue homenajeado, dejó una reflexión que condensa su pensamiento vital: “Debemos identificar la alegría y la rebeldía como dos deberes necesarios para gestionar la poesía en Juzbado y, sobre todo, la vida.”
Su trayectoria no solo lo sitúa como referente literario, sino también como conciencia crítica. La poesía de Gamoneda, atravesada por la austeridad y la intensidad emocional, continúa inspirando a nuevas generaciones y recordando que la palabra poética puede ser también un acto de resistencia.