Las fiestas llamaban a celebrar el almuerzo del domingo con una paella popular que superó el centenar de personas. Amigos, vecinos y familiares se juntaron en una celebración de su patrón y su comunidad y esperaron pacientemente la larga cola que precedía su plato de paella. El recinto de las piscinas se puso ‘a reventar’ de gente y todos juntos disfrutamos de una paella al aire libre que dejó a más de uno con ganas de repetir.
